cristo de palencia

ROMERIA SANTO TORIBIO EN EL CRISTO DE PALENCIA

Quiero presentarme lo primero, soy Marta Alicia De Frutos, y junto a mi marido, Alvaro somos los creadores de este Blog y de nuestro negocio de nueva creación VIAJES MOTU NUI, que, tras varios años de ideas, este año por fin, hemos puesto en marcha con gran ilusión.

Este es mi primer post y como no, no podía tratar de otra cosa, que no fueran las famosas y multitudinarias fiestas de mi barrio, EL Cristo del Otero, (llamado así por la escultura situada en un otero de la ciudad de Palencia, de 21 metros de altura, siendo obra del escultor palentino Victorio Macho ,su obra más cumbre, siendo este cristo, uno de los más altos del mundo), las cuales son de interés turístico regional y se llama ROMERIA DE SANTO TORIBIO, y cada año, el domingo más cercano al 16 de abril desde el año 1931, Palencia celebra su Pedrea del Pan y el Quesillo.

estatua cristo del otero

Esta famosa romería tiene su momento más importante con el lanzamiento, desde el balcón de la ermita de Santo Toribio, de miles bolsas con pan y queso a los miles de asistentes que se dan cita en la romería. De ese modo, se recrea el apedreamiento que, según la leyenda, sufrió el santo, cuando llegó a Palencia para predicar contra la herejía priscilianista.

lanzamiento pan y quesillo

La leyenda, entre la mitología y lo legendario

La tradición cuenta que santo Toribio fue lapidado y que buscó refugio en una oscura gruta enclavada a los pies del cerro del Otero (donde se emplaza ahora la escultura de Cristo más grande nuestro país). Días después, las fuertes lluvias causaron la crecida del río Carrión y la completa inundación de las calles de la ciudad, que los palentinos atribuyeron a un castigo divino.

Atemorizados, renegaron de la herejía y rogaron al santo para que hiciera descender el caudal. Y así fue, el canal descendió y, en reconocimiento a su auxilio, Santo Toribio fue nombrado segundo patrono de la ciudad.

Con esta fiesta, los palentinos conmemoramos el arrepentimiento de nuestros antepasados y su abandono del priscilianismo. Cada año el santo parte la de la iglesia de San Ignacio Santa Inés del barrio, llevado por miembros de la peña Santo Toribio, subiendo hasta la ermita del cristo, donde después de una misa, se realiza la particular pedrea que con tanta ilusión vivimos los vecinos del barrio y el resto de palentinos.

Tras explicaros la historia de mi tan querida fiesta, quiero explicar los sentimientos de mis vecinos, que al igual que yo, hemos crecido y vivimos en este barrio, del que muchas veces no se habló bien, pero que día a día demuestra ser un barrio luchador y con un corazón como el que tiene esa imagen de Victorio Macho, nuestro gran Cristo Del Otero, que da nombre a este barrio que tanto amo, en el centro de su pecho.

Barrio de casas bajas en un comienzo, cientos de familias crearon allí su hogar, entre ellos mis abuelos, que haciendo los adobes de su casas ellos mismos, levantaron un hogar para sus tres hijos, y que tiempo después, dio cobijo también a sus seis nietos, que sienten ese barrio en sus venas, porque hemos reído, llorado, saltado… por sus calles, y que hemos vivimos estas fiestas, desde bien pequeños, como se hace todo en este barrio, en familia, una familia de sangre… pero tan bien una familia de vecinos, donde todos nos conocemos y nos ayudamos, y que vive su máximo esplendor, en esta romería.

Donde su bebida típica es la limonada, la cual tiene una receta especial en cada casa, y que ese domingo de fiestas, todos catamos casa por casa, ya que cada vecino abre sus puertas a todo el barrio, conocidos y no tanto, para echar una parlada y contar cuantas bolsas de pan y queso hemos cogido y que tal ha sido la tirada de bolsas, que por cierto, nunca llueve a gusto de todos, y sobre todo del cariño, de la persona que tira las bolsas. En conclusión, una fiesta de un barrio, que ofrece una sonrisa a todos los que quieren subir a ver su tan amada romería.

Un sentimiento que tiene su momento más especial, cuando estas en el barullo de gente debajo de la ermita del cristo, justo antes de que empiecen a tirar las bolsas, y el vecino sube a gritar VIVA SANTO TORIBIO, tres veces, y VIVA EL CRISTO. Piel de gallina, corazón al máximo latir, y una lágrima de alegría, por pertenecer y formar parte de un barrio como es el Cristo del Otero.

Que suerte he tenido, por poder vivir estas fiestas, desde que nací, por lo que doy gracias hacia el cielo, a mis abuelos, por trabajar tan duro y hacer su casa en este barrio, y a su vez a mis padres, por haber seguido en este hermoso barrio, y darme el privilegio de poder haberme criado aquí, y sentir, que cada año en estas fiestas únicas, que somos un barrio genial y que si este cristo del otero nos ayuda, conseguiremos llevar a estas fiestas y a este barrio a nivel nacional, y así muchas mas personas puedan disfrutar como yo, de esta increíble experiencia.

Espero que hayáis disfrutado con este post tan sentimental del Cristo de Palencia, sobre sobre este fiesta que llevamos en el corazón.

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2 comentario en “Santo Toribio y Cristo del Palencia”

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